Otras 2 razones por las que NO jugar Warhammer Reforged

Otras 2 razones por las que NO jugar Warhammer Reforged

Muy buenas. Hace ya... ¿un año? -¡wow!- que me decidí a hacer un artículo sobre varias razones por las cuales habrá jugadores que no se decidirán nunca a echarle un vistazo a Warhammer Reforged y darle una oportunidad al proyecto. Y sigue siendo algo que no me preocupa en absoluto, no pasa nada por ello. Lo dije entonces y lo mantengo: no queremos que Reforged lo juegue todo el mundo. y sin embargo siempre nos hemos preocupado por darnos a conocer a aquellos jugadores que disfrutaban del hobby como lo que es: un juego que disfrutar entre amigos.

Por esa razón he realizado ambos artículos, para dejárselo claro tanto a quienes no se van a acercar a la iniciativa ni con un palo como a los que disfrutan del juego como si no hubiera un mañana. Las siete razones por las que no jugar Warhammer Reforged no han cambiado un ápice, pero me dejé un par de ellas en el tintero. Como una vez al año no hace daño, voy a tomarme un descanso del diseño de suplementos y revisión de ejércitos alternativos para explicar todo esto una vez más. Que no se diga que no hay paciencia.



8ª: Porque no es un parche con el que identificar una edición concreta.

Durante estos años no ha faltado gente que dice que Reforged es como ***introduzca edición a conveniencia***, pero con cambios. Y es una impresión algo alejada de la realidad, porque por supuesto tiene elementos reconocibles de otras ediciones oficiales pero la clave está en el modo en que interactúan todos ellos.

Quienes vivieron Fantasy entre cuarta y quinta verán Reforged como un “herohammer” en el que se puede medir. Los que lo jugaron entre sexta y séptima suelen apreciar la flexibilidad que ofrecen las reglas de movimiento y que sus soldados puedan responder tras recibir una carga. Y para quienes llegamos al hobby durante la octava edición -me incluyo- nos choca ver que los ejércitos funcionan sin tener que incluir centenares de miniaturas. Esto es así porque los elementos elegidos junto con la visión de los jugadores ha formado una edición con identidad propia.

Y no niego que se podrían hacer las cosas de otra manera, todo con tal de que se hable de lo que hacemos. Se podría sacar un parche para cada edición oficial bajo el mismo nombre y decir “tengo estas reglas y si no te gustan tengo otras”, pero a todos nos recordaría a ese chiste político atribuido a Julius Henry Marx sobre los vendehumos. También podríamos anunciar a bombo y platillo cada pedacito de nueva información que naciera de la iniciativa con tal de saturar al personal hasta violar la definición de la palabra spam. Sin embargo preferimos que sea nuestra comunidad la que hable del trabajo que realiza la iniciativa con todos aquellos que les pueda interesar, y que el reglamento y los libros de ejército hablen por sí solos. Por eso entendemos que no vaya a gustarle a todo el mundo; si intentas quedar bien con todos al final no quedas bien con nadie.

A día de hoy, Warhammer Reforged sigue siendo el único sistema de Fantasy que ha valorado elementos de todas las ediciones oficiales para realizar una versión eterna de juego; es un 8x1 en tu pizzería favorita y que además te regala las bebidas (aunque tampoco es del todo cierto, ni siquiera hay que pagar la primera pizza). Todos tenemos una edición oficial favorita, pero si no eres capaz de ver que Warhammer va más allá de esa edición y no puedes reconocer que el resto de ediciones tuvieron sus aciertos no te va a gustar Warhammer Reforged.


8.5ª Por los viejos hábitos.

Me he dado cuenta casi al terminar de escribir que en el anterior punto he comentado tan solo una de las dos caras de la moneda, así que tras marcarme una referencia a “Doctor Who” -evidentemente- voy a añadir un regusto amargo. No he conocido ni tenido noticias de un solo grupo de jugadores que no implemente sus propias reglas de la casa, desde Reforged a Manuscritos de Nuth y pasando por el resto de ediciones oficiales. Y esto es así porque ningún reglamento va a cumplir las expectativas de un grupo de jugadores al 100%.

Haciendo referencia a lo que dije más arriba, quienes vivieron Fantasy entre cuarta y quinta se fijarán en que Reforged limita los objetos más poderosos a uno por Comandante o que no se permita Volar alto. Los que lo jugaron entre sexta y séptima suelen recelar de su sistema en pulgadas (algo que solo pasa en países hispanohablantes) y del potencial destructivo de la magia. Y quienes llegamos durante la octava edición -me vuelvo a incluir- nos trastoca que no sea útil usar los cañones como si fueran francotiradores o la desaparición de ciertas reglas que estaban pensadas para vender miniaturas (Horda contra Impasible, o el Siempre ataca primero), junto a los diversos elementos que imposibilitan el estilo de juego que se promulgaba durante esos años como limitar el tamaño máximo de las unidades o reimplementar la Potencia de Unidad.

Me hace gracia sobre todo cuando esto ocurre para todo lo contrario, cuando se hace evidente que la juzgan sin conocerla. Porque no es raro que de cuando en cuando aparezca alguien que dice en internet “Reforged es como tal edición, y tal edición no me gusta”. Es irónico que haya todavía quienes piensan que Reforged es una edición desequilibrada, cuando es la iniciativa que más empeño ha puesto en eliminar todos los abusos de reglas que se permitieron durante las ediciones oficiales. Si esto se sigue diciendo es por las posibilidades que ofrecen sus opciones de juego cuando se combinan, lo que nos lleva a la siguiente razón.


9ª: Porque es “demasiado” amplio.

Admito que me costó entender esto, pero tiene su razón de ser. Más allá de la aleatoriedad intrínseca al juego, están las posibilidades que ofrece con cada libro de ejército alternativo, con cada nuevo suplemento ExtraReforged. Warhammer Fantasy es un juego que requiere de mucha imaginación a la par que sentido táctico y capacidad de adaptación. Han llegado a decirnos que nos estamos cargando el juego al implementar demasiadas opciones. ¿A ti te sorprende que alguien diga eso? Tiempo atrás también me sorprendía, pero ahora ya no. Porque me di cuenta de que con cada nuevo libro de ejército alternativo se reducen las posibilidades de tener una lista todoterreno e imbatible.

La “ventaja” de jugar a una edición ya cerrada es la tranquilidad de saber que toda la información ya está ahí, y que no va a aparecer nada nuevo que vaya a darte una sorpresa desagradable. Porque si estás acostumbrado a un sota-caballo-rey te va a explotar la cabeza al ver que no hay ejércitos que puedan lidiar contra cualquier cosa. Entiendo que haya jugadores que preferirían que esto no fuese así, pero desde Reforged nos hemos preocupado por ofrecerle a todos los jugadores la oportunidad de jugar el ejército de sus sueños. Decir que los libros de ejército alternativos nacieron para todos esos jugadores que quieren profundizar tanto en el juego como en su mundo y su trasfondo, más allá de las limitaciones que imponía su antigua mercadotecnia.

Dicho de otro modo, siempre ha habido jugadores -da igual de qué edición- que emplean una vez tras otra la misma lista hiperchetadérrima al mínimo de puntos posibles para limar la capacidad de respuesta de sus oponentes mientras se las dan de “Stillmaníacos”, y no es algo que me convenza. Es un síntoma de pereza, de tener miedo a perder, de no querer enfrentarse a nuevos retos y de cerrarse a las sorpresas y nuevas experiencias. Si todo eso te abruma, te va a ocurrir lo mismo con Warhammer Reforged. Y tiene pinta de que va a seguir siendo así a cada año que pase.

Por: Niño_Borracho

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Muy buenas. Hace ya... ¿un año? -¡wow!- que me decidí a hacer un artículo sobre varias razones por las cuales habrá jugadores que no se decidirán nunca a echarle un vistazo a Warhammer Reforged y darle una oportunidad al proyecto. Y sigue siendo algo que no me preocupa en absoluto, no pasa nada por ello. Lo dije entonces y lo mantengo: no queremos que Reforged lo juegue todo el mundo. y sin embargo siempre nos hemos preocupado por darnos a conocer a aquellos jugadores que disfrutaban del hobby como lo que es: un juego que disfrutar entre amigos.

Por esa razón he realizado ambos artículos, para dejárselo claro tanto a quienes no se van a acercar a la iniciativa ni con un palo como a los que disfrutan del juego como si no hubiera un mañana. Las siete razones por las que no jugar Warhammer Reforged no han cambiado un ápice, pero me dejé un par de ellas en el tintero. Como una vez al año no hace daño, voy a tomarme un descanso del diseño de suplementos y revisión de ejércitos alternativos para explicar todo esto una vez más. Que no se diga que no hay paciencia.



8ª: Porque no es un parche con el que identificar una edición concreta.

Durante estos años no ha faltado gente que dice que Reforged es como ***introduzca edición a conveniencia***, pero con cambios. Y es una impresión algo alejada de la realidad, porque por supuesto tiene elementos reconocibles de otras ediciones oficiales pero la clave está en el modo en que interactúan todos ellos.

Quienes vivieron Fantasy entre cuarta y quinta verán Reforged como un “herohammer” en el que se puede medir. Los que lo jugaron entre sexta y séptima suelen apreciar la flexibilidad que ofrecen las reglas de movimiento y que sus soldados puedan responder tras recibir una carga. Y para quienes llegamos al hobby durante la octava edición -me incluyo- nos choca ver que los ejércitos funcionan sin tener que incluir centenares de miniaturas. Esto es así porque los elementos elegidos junto con la visión de los jugadores ha formado una edición con identidad propia.

Y no niego que se podrían hacer las cosas de otra manera, todo con tal de que se hable de lo que hacemos. Se podría sacar un parche para cada edición oficial bajo el mismo nombre y decir “tengo estas reglas y si no te gustan tengo otras”, pero a todos nos recordaría a ese chiste político atribuido a Julius Henry Marx sobre los vendehumos. También podríamos anunciar a bombo y platillo cada pedacito de nueva información que naciera de la iniciativa con tal de saturar al personal hasta violar la definición de la palabra spam. Sin embargo preferimos que sea nuestra comunidad la que hable del trabajo que realiza la iniciativa con todos aquellos que les pueda interesar, y que el reglamento y los libros de ejército hablen por sí solos. Por eso entendemos que no vaya a gustarle a todo el mundo; si intentas quedar bien con todos al final no quedas bien con nadie.

A día de hoy, Warhammer Reforged sigue siendo el único sistema de Fantasy que ha valorado elementos de todas las ediciones oficiales para realizar una versión eterna de juego; es un 8x1 en tu pizzería favorita y que además te regala las bebidas (aunque tampoco es del todo cierto, ni siquiera hay que pagar la primera pizza). Todos tenemos una edición oficial favorita, pero si no eres capaz de ver que Warhammer va más allá de esa edición y no puedes reconocer que el resto de ediciones tuvieron sus aciertos no te va a gustar Warhammer Reforged.


8.5ª Por los viejos hábitos.

Me he dado cuenta casi al terminar de escribir que en el anterior punto he comentado tan solo una de las dos caras de la moneda, así que tras marcarme una referencia a “Doctor Who” -evidentemente- voy a añadir un regusto amargo. No he conocido ni tenido noticias de un solo grupo de jugadores que no implemente sus propias reglas de la casa, desde Reforged a Manuscritos de Nuth y pasando por el resto de ediciones oficiales. Y esto es así porque ningún reglamento va a cumplir las expectativas de un grupo de jugadores al 100%.

Haciendo referencia a lo que dije más arriba, quienes vivieron Fantasy entre cuarta y quinta se fijarán en que Reforged limita los objetos más poderosos a uno por Comandante o que no se permita Volar alto. Los que lo jugaron entre sexta y séptima suelen recelar de su sistema en pulgadas (algo que solo pasa en países hispanohablantes) y del potencial destructivo de la magia. Y quienes llegamos durante la octava edición -me vuelvo a incluir- nos trastoca que no sea útil usar los cañones como si fueran francotiradores o la desaparición de ciertas reglas que estaban pensadas para vender miniaturas (Horda contra Impasible, o el Siempre ataca primero), junto a los diversos elementos que imposibilitan el estilo de juego que se promulgaba durante esos años como limitar el tamaño máximo de las unidades o reimplementar la Potencia de Unidad.

Me hace gracia sobre todo cuando esto ocurre para todo lo contrario, cuando se hace evidente que la juzgan sin conocerla. Porque no es raro que de cuando en cuando aparezca alguien que dice en internet “Reforged es como tal edición, y tal edición no me gusta”. Es irónico que haya todavía quienes piensan que Reforged es una edición desequilibrada, cuando es la iniciativa que más empeño ha puesto en eliminar todos los abusos de reglas que se permitieron durante las ediciones oficiales. Si esto se sigue diciendo es por las posibilidades que ofrecen sus opciones de juego cuando se combinan, lo que nos lleva a la siguiente razón.


9ª: Porque es “demasiado” amplio.

Admito que me costó entender esto, pero tiene su razón de ser. Más allá de la aleatoriedad intrínseca al juego, están las posibilidades que ofrece con cada libro de ejército alternativo, con cada nuevo suplemento ExtraReforged. Warhammer Fantasy es un juego que requiere de mucha imaginación a la par que sentido táctico y capacidad de adaptación. Han llegado a decirnos que nos estamos cargando el juego al implementar demasiadas opciones. ¿A ti te sorprende que alguien diga eso? Tiempo atrás también me sorprendía, pero ahora ya no. Porque me di cuenta de que con cada nuevo libro de ejército alternativo se reducen las posibilidades de tener una lista todoterreno e imbatible.

La “ventaja” de jugar a una edición ya cerrada es la tranquilidad de saber que toda la información ya está ahí, y que no va a aparecer nada nuevo que vaya a darte una sorpresa desagradable. Porque si estás acostumbrado a un sota-caballo-rey te va a explotar la cabeza al ver que no hay ejércitos que puedan lidiar contra cualquier cosa. Entiendo que haya jugadores que preferirían que esto no fuese así, pero desde Reforged nos hemos preocupado por ofrecerle a todos los jugadores la oportunidad de jugar el ejército de sus sueños. Decir que los libros de ejército alternativos nacieron para todos esos jugadores que quieren profundizar tanto en el juego como en su mundo y su trasfondo, más allá de las limitaciones que imponía su antigua mercadotecnia.

Dicho de otro modo, siempre ha habido jugadores -da igual de qué edición- que emplean una vez tras otra la misma lista hiperchetadérrima al mínimo de puntos posibles para limar la capacidad de respuesta de sus oponentes mientras se las dan de “Stillmaníacos”, y no es algo que me convenza. Es un síntoma de pereza, de tener miedo a perder, de no querer enfrentarse a nuevos retos y de cerrarse a las sorpresas y nuevas experiencias. Si todo eso te abruma, te va a ocurrir lo mismo con Warhammer Reforged. Y tiene pinta de que va a seguir siendo así a cada año que pase.

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